Entraba a un cine cuyas sillas eran como muebles de sala. Yo estaba guardándole el puesto a alguien, creo que a mi hermana, pero ella se demoraba en llegar. Iban a dar una película con escenas en Ginebra. Era algo de stop motion. Me emocionaba pensar que vería paisajes familiares.

De pronto estaba en una especie de feria artesanal en Tokio. Se me aparecía una especie de galán japonés que yo no sé de dónde conocía. Me coqueteaba. Me extrañaba que alguien quisiera tener algo conmigo, y menos ese señor tan elegante y rumbero. Evadía sus avances. Mientras hablábamos pasábamos por una tienda de muñequitos de ninjas. Me acordaba de j. y me disponía a comprarle un juguete.

De repente estaba en la misma feria pero al aire libre. Hacía sol. La grama estaba llena de ranas y serpientes. Yo intentaba evadirlas pero sin querer pisaba la cabeza de una serpiente. Me dolía el pie como cuando uno lleva zapatos de suela delgada y pisa una piedra. Era impresionante ver la serpiente verde biche alterarse por mi mal paso y atacar a un vigilante.

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