Anoche soñé que Himura me confesaba que todo había sido una farsa, que nunca me había amado y me abandonaba. Yo no lloraba ni me sentía triste, pero me quedaba pensando en lo difícil que sería encontrar a alguien como él y en lo inútil que sería evocarlo de ahora en adelante, puesto que su recuerdo ya no me ofrecería ningún consuelo.