Pesadilla.
Mi vuelo a Bogotá resultaba partir desde Dublin y yo me daba cuenta en el aeropuerto de lo siguiente:
a) Necesitaba un vuelo urgente para Dublin (no se me había ocurrido arreglar eso antes)
b) Podía embarcarme al fin en un vuelo de RyanAir pero resultaba no tener visa, así que ni modos de hacer tránsito por allá
c) Se me había quedado el pasaporte en mi casa
Iba con Adeline (compañera bruneyana de carrera), quien decía toda extrañada que a ella nunca le habían pedido una visa. "Yeah, but I come from a poor country", replicaba yo. Subíamos unas escaleras y estábamos en pleno centro de Tokio, desde donde se veía el mar y, al otro lado, un centro comercial gigante en Odaiba. De repente la que estaba conmigo era Azuma, quien no quería acompañarme a sacar una visa a toda velocidad sino ir al centro comercial. Se veía tentador; alcanzaba a sentir ganas de dejar todo botado e ir a divertirme en Odaiba con ella.
Qué angustia, menos mal me desperté.
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