Anoche soñé con vestidos de colores vivos, hermosos pero carísimos. Me los medía y me quedaban a la maravilla pero no podía comprarlos todos. Recuerdo especialmente una bufanda anaranjada especialmente costosa.
El instante en que abrí los ojos vi a través de la ventana el cielo más azul que mañana alguna pudiera ofrecer.
Ahora ando de muy buen humor.
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