Me daban a probar speed en una tableta de chocolatina. La persona que me la estaba regalando partía dos tabletas gruesas como las de Côte d'Or. Caían miguitas. Guardaba una en el bolsillo y la otra me la llevaba a la boca, esperando el efecto. Pensaba, mientras el corazón se me aceleraba y veía todo correr a gran velocidad, que era apenas de esperarse que me estuvieran dando esto gratis para inducir adicción y luego sí cobrarme.

Creo que alcancé a despertar brevemente. Volví a caer. Hablaba con un grupo de amigas que al parecer tenían relaciones lésbicas entre sí pero se iban a casar con hombres para integrarse normalmente a la sociedad. A una de ellas le gustaba elaborar orejas de conejo con ganchos de ropa.


Hablaba por Skype con una amiga del colegio, pero ella prendía la opción de video sin acordarse de que estaba desnuda. Yo me hacía la loca y procuraba no mirar mientras ella, desesperada al darse cuenta, buscaba cómo apagarlo.


Cavorite me contaba con toda seriedad que existen familias en las que ningún miembro ha tocado nunca una guitarra en su vida. Espeluznante.


Estaba en Bogotá, montando mi bici por un separador sobre la calle 68 a la altura de Metrópolis. Sin embargo, Metrópolis estaba en construcción y era mucho más extenso de lo que es en realidad. Avanzaba por una ciclorruta hasta que esta desaparecía y yo solo montaba sobre el pasto, entre unos matorrales. Resultaba en un parque lleno de arena. Iba a parquear la bici en un rincón tras unas graderías, pero encontraba un montón de cadenas rotas en el suelo. Pensaba que en Japón no andan rompiendo cadenas para robarse las bicicletas y buscaba un lugar diferente para parquear la mía, uno donde yo pudiera estar pendiente de ella.


Anoche soñé con Star Trek. Mi equipo (no sé de qué) y yo teníamos que hacernos pasar por vulcanos no recuerdo para qué. Lo estábamos logrando lo más de bien pero un señor del equipo se ponía nervioso y empezaba a disparar a diestra y siniestra. Los vulcanos de verdad se extrañaban. Yo le decía al señor que no tenía por qué disparar si nos estábamos camuflando lo más de bien. Entrábamos adonde teníamos que entrar. Veía unas insignias metálicas en unos mostradores. Parecían hebillas de cinturón o el escudo de Hyundai.


Soñé que por fin tenía un ukulele y podía tocarlo. Era mucho más fácil de lo que me imaginaba.


Volví a dormitar y soñé que me reencontraba con Cavorite. Me daba muchos besos cortitos y yo me reía de la emoción de volver a estar con él. Luego encontraba un mail de Ovidio que tenía por asunto "Olavia!!! :)" y decía que le había gustado una canción mía.


Soñé con un video que mostraba mi interacción con una comunidad aparentemente polinesia en un país donde yo había vivido, en la frontera con Vietnam. Yo pensaba mientras veía la grabación que no sabía que había vivido en Australia. De fondo sonaba una canción buenísima cuya melodía acabo de olvidar pero cuyo estribillo decía "over my head". Sigo tratando de recordar.